Hace 10 años nos dejaba Gastón Breyer.
Gastón, primer presidente de SEMA, hubiera cumplido 100 años en este 2019.
Para aquellos que no lo conocieron, reproducimos más abajo una nota que publicamos pocos días después de su fallecimiento. A Gastón lo seguimos extrañando. Y seguimos aprendiendo con él, aun hoy.
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Es doloroso. El reciente fallecimiento de Gastón Breyer, a los noventa años, deja un vacío muy grande en nuestra comunidad académica. La de Breyer ha sido una vida de profundo compromiso público. Como Profesor Titular de la Cátedra de Heurística de la FADU, hasta hace poco tiempo seguía dictando personalmente largas y admirables clases. De Breyer se podría decir, fundamentalmente —y usando sus propias palabras— que nos enseñó a pensar. La partida de este maestro convoca a profundizar las muchas líneas de trabajo que recorrió en su práctica y enseñanza.
Decía Breyer: “En el regreso a la mirada descubridora me parece posible proponer un salto categorial. ¿Puedo y debo intentarlo? ¿No será, en ese caso, la invitación descarada a la ruptura total con un fondo de pensamiento sensato, comedido y racional, académico? ¿Habremos de renunciar a la tendencia de un pensar abstracto, general, científico, universal, omnipotente, sistemático, lógico, algorítmico, racional, consecuente… ¿algo más?
¿O bien, en nombre de esa Heurística que proclama su autarquía, que celebra el día de su independencia, que quiere hablar en nombre de la raza del homínido pensante, —y que ya me está dando miedo— deberemos regresar al Orden del Corazón y lisa y llanamente confesar la abierta trasgresión a la pesada herencia que nos ha dejado Occidente?
¿Será en nombre de ese nuevo orden que deberemos dirigirnos seriamente para hablarle a la FADU y desde la Cátedra de Heurística?
El tiempo dirá.”
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Arquitecto, Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, Breyer (1909-2009) desarrolló —en más de 60 años de trabajo—, una obra de enorme influencia sobre los más variados esquemas teóricos y pedagógicos del Arte, del campo escénico y del Diseño, además de una consistente práctica proyectual.
Gastón Breyer se recibió de Arquitecto (UBA) en 1945. Desde entonces investigó y desarrolló sus clases en los más importantes centros educativos y culturales de nuestro país. Cientos de conferencias, cursos de posgrado y seminarios de especialización sobre Diseño, Morfología, Heurística, Escenografía, Semiótica, Metodología, Arquitectura y Teoría del Espacio en facultades, institutos y sociedades nacionales y extranjeras dan testimonio de su pasión por el conocimento.
Formado con el pintor Emilio Petorutti y Profesor egresado de la Escuela Superior de Bellas Artes, Breyer se transformó rápidamente en uno de los ideólogos del movimento teatral independiente argentino y, seguramente, en su más destacado escenógrafo. Sus primeros trabajos incluyen la puesta El Puente de Carlos Gorostiza (obra clave de la escena argentina de la época) y las revolucionarias Los hermanos Karamazov y Crimen y castigo de Dostoievski en el Teatro de la Máscara. Es así que en 1958 el envío argentino a la Bienal de San Pablo incluyó éstas y otras propuestas escenográficas de Breyer. Como escenógrafo, realizó más de doscientos trabajos con los más importantes exponentes del teatro nacional (entre ellos la trascendente puesta del Galileo Galilei de Brecht (Teatro Municipal General San Martín). En 1981, en plena dictadura militar, Breyer se se desempeñó como Director escenográfico del ciclo Teatro Abierto Debido a su labor en la escena, que no ha sido exclusivamente proyectual, sino también reflexivo y pedagógico, ha recibido numerosos premios y distinciones, incluyendo el Premio Konex de Platino y el premio a la trayectoria otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes.
Breyer tuvo, además, un importante desempeño en el campo institucional: Consejero Directivo de la FADU / UBA (entoces FAU) entre 1956 y 1965 y Vicedecano entre 1958-59, actuó como Miembro de la primera Comisión de la universidad para la redacción del Estatuto Universitario de 1958. Hondamente comprometido con la práctica democrática, Breyer renunció a su cargo de Profesor de la UBA en 1966 luego de la “noche de los bastones largos” para, recién en 1984, retornar con fuerza a la actividad plena en esta casa de estudios, a la que quería entrañablemente. Así, tuvo oportunidad de desarrollar contribuciones sustanciales para el establecimiento de los programas pedagógicos del CBC y de las nuevas carreras de Diseño Gráfico y Diseño Industrial.
En su larga carrera Breyer publicó artículos en más de cien medios nacionales e internacionales sobre los temas de su interés. Entre ellos, es posible destacar dos trabajos sobre Leonardo da Vinci aparecidos en Ars y Canon (1958), “El ambiente de la vivienda” (premio/ensayo) y “Esquema para un estudio sobre la función de habitar” (los dos de 1966, revista summa), “La escenografía. Intento de definición contemporánea” (1966, UBA). “La heurística del diseño, entre el teorema y el poema” (1978, summa), “Morfología y heurística” (1977, summarios/Morfología), “Casa, Templo, Teatro” (1984, Temarios). Entre los últimos libros de Breyer, se cuentan Sígnica del Espacio Escénico, Heurística del Diseño (FADU), Bases Conceptuales del Diseño (con R. Doberti y H. Pando, FADU) y La Escena Presente (2005, Infinito).
Algunos puntos notables de la obra teórica de Breyer contribuyeron al desarrollo y consolidación de espacios disciplinares importantes. Por ejemplo, sus trabajos en Morfología —a la que veía un campo clave en el desarrollo formativo-ideativo del diseñador y del artista—, impulsaron la organización, con otros importantes profesores, del Area de Visión de la Facultad de Arquitectura de la UBA (fines de la década del 50, de la cual fue Director hasta 1960), la formación de un incontable número de docentes y alumnos y la fundación en 1996 de SEMA (Sociedad de Estudios Morfológicos de la Argentina), de la que fue elegido por unanimidad de sus colegas como primer presidente.
En el campo de la Heurística, Breyer desarrolló investigaciones pioneras en los 60-70, formalizó años más tarde el famoso Objeto Epsilon, postuló un modelo de acercamiento a la problemática (al que llamó Timbres del pensar) e inventó hermosísimos juegos (El juego de las estafas, el Juego del doncel, entre otros) en base a la relación entre escena y pensamiento.
En 1997 Breyer fundó el Gabinete de Heurística (desde 2004, Centro de Heurística) de la FADU/UBA. Formó a un grupo de profesores en la disciplina y se desempeñó, además, como Profesor Titular de la materia —común a todas las carreras de grado de la facultad— y Director de proyectos de investigación. Este fue un espacio en el que Breyer se volcó con pasión en la última década de su vida.